martes, 6 de abril de 2010

"Desnudos, pero extraños"
Donde habita el olvido.
Joaquin Sabina
Dejo pasar unos días
para tomarte con más calma.
Para escribir de ti sin hacerte poema.
Para no decir palabras de las que no me siento muy segura.

Pasan los meses en blanco entre nuestros encuentros
de apenas un par de días.
Pasan sin hacer ruido, sin que se note el tiempo transcurrido
Sin llamadas
de madrugada
falsamente improvisadas,
sin cartas de amor ni mensajes a medias.
Sin saber de ti ni de mí, como si en ese tiempo no existiéramos.

Y sí, lo admito, me eres extraño como la cultura hindú.
No te conozco nada.
No sé cual es tu segundo apellido, ni donde trabajas.
No sé que hay en tu cabeza, ni que haces cuando te enfadas.
Ni sé si esa sonrisa que tanto me eriza la piel
es real o es forzada.

Y sin embargo,
conozco las líneas de las palmas de tu manos,
la suavidad de tus caricias,
a que sabe tu sudor desnudo
y empiezo a reconocer algunos lunares de tu espalda.

Hemos intercambiado más besos que palabras,
más caricias que conversaciones.
Te he visto en más fotos que en persona.
y sé de ti más por otros que por tu propia boca.

"A ver si un día vuelves a Madrid y termino de enseñártela"
Eso me dijiste en tu última despedida,
y mientras te escuchaba
yo pensaba:
Madrid siempre será mi ciudad desconocida.

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