lunes, 15 de marzo de 2010

RASTROS.

Antes de acostarme lo cojo y lo huelo profundamente, y me lo pongo para dormir con él.
Aún hay rastros de tu olor en mi pijama.

Lo hago todas las noches, o cuando me acuerdo, de repente, subo a mi habitación rápida para olerlo. Porque sé que un día ese rastro tuyo desaparecerá. Porque perderé la costumbre o la lavadora hará que me olvide de él, y un día querré recordarlo y no podré.

Y así, te iré perdiendo poco a poco.

Dejará de retumbar tu risa en mi cabeza, y mis dedos perderán el tacto de tu pelo negro. Mi agenda cada vez tendrá menos detalles tuyos. Iré perdiendo perspectiva, se me distorsionará tu altura o la delgadez de tus dedos, como las huellas en la playa. Olvidaré las calles donde buscar aparcamiento cerca de tu casa. Empezaré a ver borrosa tu mirada miope, y quizás un día salte el teléfono de repente y no reconozca tu voz.

Me gustaría retenerte en mi memoria para siempre, o por lo menos, hasta que se me olvide retenerte. Recordar tus palabras y tus ausencias, la medida justa de tus reproches, el énfasis de tus te echo de menos, la frialdad que te envuelve a la hora de hablar de amor, y la pasión que pones a la hora de hacerlo.

Hoy estás lejos porque te he querido lejos.
Pero no me gustaría perderte tan deprisa, no quiero todavía empezar a olvidarte.

Por eso me aferro con todas mis fuerzas a lo que me queda de ti, a tu olor en mi pijama.

domingo, 14 de marzo de 2010

Todo está perdido.
Levantarte una mañana y comprobar
que el amor todo no lo puede,
que con el amor sólo no basta,
que hay obstáculos que no puede saltar.

Que existen más cosas que él y yo,
que el nosotros no es suficiente.

Porque temblando me he sentado frente a su cuerpo,
frente al cuerpo con el que tantas noches he dormido.
Con lágrimas le he mirado a los ojos,
a esos ojos que han sido míos.
Y le he dicho,
a él, que tantas veces ha sido yo,
" te amo, pero no puedo estar contigo".
Y ahora vendrás tú, y me dirás que no,
que no todo está perdido.