lunes, 24 de marzo de 2014

"Que poco cuesta decir las cosas
cuando ya no importan"

Te sorprendería lo fácil que es abandonarse a otros cuerpos,
dejarse abrazar, besar, acariciar, 
perderte en la noche.

Alucinarías si superas lo sencillo que es 
empezar a escribir otros nombres en tu piel,
contar otros lunares,
amanecer entre otras sábanas.

Ni te haces una idea si te dijera lo bien que sienta
la soledad algunas noches,
beberte un ron a solas mientras escuchas tus canciones,
lees tus libros, conversar contigo misma.

Aún no alcanzas a imaginar que rápido las miradas 
se convierten en susurros, 
que poco cuesta pasar de una boca a otra, 
bailar otros ritmos,
no ponerle fin ni pretexto a la salida nocturna.
Empezar a hacer otros planes,
ilusionarte con otras palabras,
dejarte llevar por algunas historias.

Créeme si te digo que te asustaría sentir
lo profundo que puede llegar a ser el olvido,
lo rápido que te olvidas de la suavidad de sus caricias, 
de lo raro que empieza a sonar su nombre entre tus labios.
No valorar lo que hemos recibido,
no darnos cuenta de lo egoísta que somos,
engañarnos a nosotros mismos.

Qué frágiles son los recuerdos,

Y qué negra la noche que nos esconde.