domingo, 18 de abril de 2010

A intervalos

Empezamos con la cerveza, para recordar viejos tiempo. Para retomar la confianza. Para dejar atrás la vergüenza de no vernos en años porque….porque el tiempo pasa y dejamos las cosas poco importantes para mañana, y así pasan meses y 4 años.

La cerveza se transformó en plural en poco tiempo. Y dio pasos a las risas, a los chistes fáciles, a la anécdota de la primera vez que me viste, de la primera vez que te fijaste en mí subiendo una escalera…y después buscaste mi chaleco entre las chicas de la clase porque no me habías visto la cara. Aún, después de tantas veces, te ruborizas al contarlo. Recordamos cómo te cambié el nombre durante un año, y tú no me dijiste nada porque el nombre con el que bauticé no estaba mal, y cómo te lo sigues poniendo de nick en el mesenger.

El tiempo pasa. El Sol es cómplice. La pérdida de trenes ayuda. La confianza se vuelve atrevimiento. Y la excusa de hacernos una foto en el riesgo de robarme un beso. Todavía recuerdo perfectamente el roce de tus labios tímidos. Y cómo después no paraba de hablar de cosas sin sentido intentando hacerte el momento menos incómodo.

Por la noche, cada uno en nuestra casa, vienen los poemas. Entre versos de poetas líneas que no te atreves a decirme por ti mismo. Pero que ambos sabemos cuales son y en qué tono.

A la mañana siguiente el tiempo y la distancia se encargan de hacer bien su trabajo. Y otra vez el “a ver cuando volvemos a vernos”. Así pasarán los días, que se convertirán en meses dando paso a los años.

Pero volveremos a vernos y quizás entre risas y cervezas recordemos el momento aquel en el que te atreviste a hacer lo que quisiste hacer siempre. Y quizás un día hasta me atreva a contraatacarte.

1 comentario:

  1. Y ¿por qué no os animais a probar? no dejeis las cosas para mañana, que el mañana no existe.

    Un saludo:EL BOLU

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