domingo, 31 de enero de 2016

"Somos otros. Punto y seguido."
Ismael Serrano.

El otro día se me vino a la cabeza el cementerio judío de Praga y no pude evitar pensar en que quizás nuestros cimientos también sean como esas miles de lápidas apiladas, unas encima de otras. Me entraron muchas ganas de llorar. Cuando las lágrimas se me salían de los ojos me contuve porque estaba rodeada de gente, y llamaron al grupo A para la cola de embarque. El avión salía por fin.  

Está claro que no somos los mismos. Y ya no solo entre nosotros. En serio, no sé que te pasa. No sé de donde viene esa desconfianza enfermiza. Hasta ahora historias sin más trascendencia. Pero me mata porque ¿qué pasará cuando no pueda demostrártelo? Ese momento llegará, lo sabes. ¿qué pasará cuando no pueda hacerte ver la verdad (o mi verdad) enseñándote un mensaje? Cuando solo la opción sea creerme....no me creerás y entonces me romperé. No puedo enfadarme contigo, eso es algo de uno mismo, la confianza se tiene o no se tiene pero me duele mucho que se haya perdido...o es que quizás nunca la tuviste. 

Ya no somos los mismos....pero éramos otra cosa. Si lo dijo Galeano, aquello de "la identidad no es una pieza de museo, quietecita en la vitrina...". Me cuesta recordar donde hemos perdido qué cosas. No es culpa tuya, ni mía, es solo que el tiempo pasa y no es ni bueno ni malo. ¿Que ya no soy espontánea? ¿Que me he vuelto cauta y lo replico todo? Venga, cuéntame cosas que no sepa. ¿Y qué si hemos cambiado?

Definitivamente es invierno, y jamás he tenido más frío que ahora. Y ya no sé si sabremos volver a encender las hogueras.


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