A menudo la felicidad consiste en conducir hasta tu casa de madrugada mientras tus padres en el asiento de atrás del coche juegan a ser adolescentes. Escuchas susurros y risas (antes ha habido cena con vino) y no puedes hacer otra cosa que subir la música, mirar hacia delante y sonreír.
Qué fácil es a veces enamorarse para siempre.
Me encantan tus frases finales.
ResponderEliminarEs una suerte ver en tus padres lo que, en ocasiones, crees que no existe.
Tenemos mucha suerte.