Y es que descubres un día que estar bien no implica siempre ser feliz. Y ahí que te levantas con tus 8 horas de sueño tranquilo, te tomas el desayuno sin sobresaltos. Enciendes el móvil y te da igual ponerle el sonido o no, porque va a sonar lo mismo. Abres el correo y nada, ninguna sorpresa. Tranquila te vas a estudiar, y aprovechas toda la mañana porque no hay ningún tema que te haga pensar, o te desconcentre. Comes. Por la tarde llamas a alguna amiga para que te cuente sus problemas con el novio, las putadas de su jefe o el último enfado que ha tenido con su padre. Nada de eso tengo yo. Me preguntan por cumplir: ¿Y tu qué? ¿Algo nuevo?, y yo siempre mi misma respuesta: Nada, bien.
Y sería injusto quejarme, porque estoy como quiero, con mi huelga de besos y abrazos, mi abstinencia de miradas, mi Prohibido el paso a toda persona ajena del sexo contrario.
Quizás por eso este año haya aprobado tantas asignaturas, por eso quizás me he volcado en terminar la carrera, porque si me salgo y miro desde arriba mi vida la encuentro vacía y eso me da miedo. Por eso quizás haya puesto tantas ilusiones y ganas en irme el año que viene a vivir a otro país...me da miedo darme cuenta de que aquí no tengo nada que me ate. Nadie que me pida que no me vaya.
Y lo peor es que eso también lo he elegido yo. Y es que podemos llegar a ser muy contradictorios. En fin, mañana será otro día....exactamente igual al de hoy. Y pensándolo bien....estar bien tampoco es tan malo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario